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21 jun 2016

Oportunidad de vivir

Antes de irme a descansar, lindos lectores, quiero contarles algo que hice hace algunos meses atrás... Que por cierto, me alegra mucho haberlo hecho. 
Ahí les va...

Hace unos meses atrás, (como lo dije antes) decidí caminar un poco antes de llegar a casa, aún no empezaba a estudiar y era una tarde muy bonita, caminé y caminé hasta llegar al cementerio (sí, vivo aprox. a 5 o 6 cuadras después de un cementerio) la verdad es que no me da miedo, al contrario, me da una paz tremenda pasar por ahí. Estaba pensando en entrar y visitar a mis hermanos (eso ya es otra historia que contaré, si es que me animo) pero antes de hacerlo, vi un ser muy pero muy pequeñito en medio de la vereda, en la que todas las personas pasaban y no le hacían ni el más mínimo caso. Al acercarme muy curiosa a ver que era ese pedacito de cosita, me fijé que era un ser vivo, sí, un animalito... Para ser exactos, una gatita muy pero muy pequeñita. La rodee y la empecé a ver con mucha ternura, me agaché para verla con precisión y noté que estaba muy pero muy enferma, creo que ni tenía ni siquiera un mes y tenía los ojos cerrados por tantas legañas y en verdad, en un estado muy denigrante. 
Se me rompió el alma. 
Me paré y vi alrededor si estaba su dueña o al menos su madre felina, pero nada, absolutamente nada, solo un ser tan pequeñito, frágil y quieto al no poder ver nada con tanta suciedad.
No pude con el corazón... La levanté en brazos y me encaminé a mi casa a llevarla, empezó a maullar la pequeña, asustada y con frío ya que caminaba rápido por el estado de ella, tenía miedo a que no pueda resistir días así... 

Le hablaba y le decía que se calmara, que ya llegaríamos a casa. Al llegar, mi perrita hermosa llamada Manchitas, me vio y se emocionó pero a la vez estaba alerta al ver un ser extraño en mi brazo. No dejé que la oliera ni nada por el estilo, ya que la gatita estaba muy sucia y claro está con ninguna vacuna y podría contagiar a mi mascota, algo que tampoco quería.

La llevé al lavadero de mi casa y coloqué ahí a la pequeña felina, gracias a Dios había comprado días antes unos guantes de latex que me sirvieron mucho para poder bañarla y empecé con la misión... Dios, en verdad, era muy terrible el estado de la pobre gatita bebé, me demoré aproximadamente en bañarla como 1 hora a más, los olores que emanaban de ese pequeño cuerpito eran inimaginables, pero al menos tendría que intentar para que pueda sobrevivir a este mundo cruel y que poco o nada les importa la vida de los demás, especialmente de animales como estos... 

Estaba enfermita, lo notaba, salía como pus de sus pequeños ojitos y trataba, en verdad, sanarla, limpiarla y más que todo que pueda abrirlos ya que si seguía así hasta podría perder uno de sus ojitos, ya que uno estaba mucho más infectado que el otro... No sabría decirle que tenía en sí, ya que me gustan los animales, pero no estoy muy informada de las enfermedades que podría tener o cómo poder curarlos. 
La sequé muy bien y la coloqué en una cajita que había en casa, cogí un polo de los míos y lo coloqué como una camita para ella, para que no muera de frío.

Ahora YO estaba preocupada, no sabía que hacer.
¿Por qué? Pues; uno, no podría adoptarla, ya que tengo dos perras de mascotas y por cierto un poco celosas; dos, necesitaba sacarla de casa, ya que a parte de mis mascotas, había una persona que en sí no pasaba para nada a los gatos, PARA NADA. Esa persona era mi madre. No le gusta los gatos, nunca le han gustado, y no sabía que hacer para que al menos se quedara un día y tratar de buscarle un hogar a la pequeñita. 
Hablé con mi hermana y me dijo que le dijera por teléfono, que llame al refugio de nuestra localidad y ver si se la podría llevar. Lo primero no lo hice, esperé a que mi madre llegara a casa, lo segundo no me sirvió, ya que estos refugios su tontera de solución es: "Tómale foto, publícala en facebook y espera a que la adopten" Estúpidos refugios...

Bueno, al fin de al cabo logré que la pequeña se quedara un día a dormir en casa. Al día siguiente, empecé a llamar a todo el mundo, amigas, sacerdotes, alguien... Alguien que quisiera una gatita y más que todo pueda cuidarla mucho. 
Todos me dijeron que no, ya sea por tener muchos gatos o porque no deseaban... Estaba perdida. Sino le conseguía un techo de hecho la gatita se iba afuera, ya que en mi casa no podría estar.

Hasta que se me ocurrió un plan.

Recordé que en la universidad que antes yo iba, ahí habían muuchos gatos y que un gatito más no podría hacerle daño a nadie. Ahí los cuidan, les dan comida y más que todo, los estudiantes son muy buenos con ellos. 
Entonces, decidí irme y dejar ahí a "Garritas", sí, así le puse por haberme aruñado por todo el camino hacia la universidad. 
Pensé que sería una mala idea y que al final moriría la pequeña, pero era lo máximo que podría darle, no encontré otra solución, lectores, en serio, no sabía que hacer, solo tuve un día, solo un día. Y no me hubiese dado el corazón, en verdad, abandonarla a su suerte, y yo sacrificándome tanto para que viva...

Imaginen que... Ahora la pequeña "Garritas" crece y crece y está más fuerte que un roble, sigue en la universidad que antes estudié y me han pasado fotos de ella, le dan mucho cariño y es la engreída de ahí.

Con lo que voy a mi relato es que... 
Yo cuando me encontré a ese pobre animalito, no dudé en ayudarlo, la verdad es que no, al contrario, quería que viviera, quería felicidad en ella. Gracias a la vida y a las oportunidades que se dieron... Por eso chicos, si es que hay alguna oportunidad de ayudar, ya sea a personas, animalitos en la calle, alguna situación en general, ayuden, ayuden y no dejen de hacerlo, ya que la recompensa viene al final de todo, cuando te das cuenta que esa acción que realizaste sin algún costo hace que una nueva vida vuelva a florecer.

Aquí está "Garritas" en la actualidad.

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